Cézanne escribe sobre dos momentos de la pintura: la primera que es dibujo preparatorio, que llama el primer esbozo geológico, la geometría, medida de la tierra y la segunda que es ya pintura en la que el mundo del dibujo se hunde, […] como una catástrofe. […] Un nuevo periodo vive, ¡el verdadero!, aquel en el que nada me escapa, en el que todo es denso y fluido a la vez, natural [...]. Y describe el paso del dibujo a la pintura como un ascenso de la tierra hacia el sol. Aquí opera un cambio que podríamos pensar análogo.
post-scriptum/fin de la noche continúa con la investigación, iniciada en el proyecto Negro Líquido, de las limitaciones que las imágenes del Arte le imponen al sujeto y su intención de ocupar procedimientos para contrarrestar su control. Pero bajo un cambio fundamental: Si bien Negro Líquido buscaba retar a las imágenes saltando desde collages a dibujos y textos, es decir desde la línea, desde un espacio descarnado, uno que indaga más en la estructura, aquel de la geometría y la medida de la tierra, según Cézanne. post-scriptum/fin de la noche pasa de la línea y tratará de arrojarse a la sensación. No es pintura, pero sí superficie tonal. Los textos y los títulos se volverán mínimos, para tratar de actuar menos en la palabra y más en lo sensible.